Hace ahora 90 años, Biel Huguet (1908) fundó una pequeña empresa dedicada a la fabricación de piezas de cemento. En aquellos años, las baldosas de cemento y multitud de otros productos prefabricados como vigas, balaustradas o fregaderos eran elementos básicos en la arquitectura de la isla. Una Mallorca todavía muy antigua, muy centenaria, que empezaba a industrializarse. Una fábrica como tantas otras. En cada pueblo de la isla, en cada barrio de Palma, había varias. Lo mismo que en la inmensa mayoría de pueblos y ciudades del Mediterráneo occidental. Nuestra historia comenzó en aquellos años de grandes y traumáticos cambios. Una historia que Biel Huguet, hombre emprendedor, entusiasta e innovador, lideró hasta su prematura muerte en 1956. A partir de ese momento, su mujer, Margalida, modista, tuvo que involucrarse en la fábrica mientras su único hijo, Damià (de 10 años), pasaba de niño a joven y, posteriormente, a adulto.
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